sequedadEl buen estado de la vagina es muy importante en la salud de la mujer. Que se mantenga en buenas condiciones fisiológicas, que no produzca síntomas molestos y que permita una vida sexual satisfactoria es lo que se identifica como una buena salud vaginal.

Cuando aparece algún tipo de molestia vulvovaginal es importante informar al ginecólogo para que identifique las causas del problema y te sugiera un tratamiento, si es necesario. Y es que…

Puede aparecer sequedad vaginal. Es la molestia más frecuente en esta zona íntima. Hay estudios que constatan que alrededor del 5% de las mujeres españolas sufren la falta de lubricación vaginal, entre las cuales más de la mitad tienen entre 40 y 50 años.

Las molestias pueden ir a más. A veces hay más dolor durante las relaciones sexuales y la atrofia vaginal puede hacer que la mujer sea más propensa a contraer infecciones vaginales. Incluso a veces se observan pequeñas fisuras en las paredes de la vagina.

Se puede dar una vaginitis atrófica. Los síntomas de la vaginitis atrófica son, además de sequedad, sensación de quemazón y desaparición o disminución del flujo. Pero el diagnóstico lo hace el ginecólogo tras realizar una exploración.

Por qué vigilar más tras la menopausia

La vagina está recubierta por un epitelio que se “regenera” en función del estímulo estro-% génico. Al disminuir los niveles de estrógenos en la menopausia, disminuye el proceso de proliferación.

Como consecuencia también disminuyen las capas del epitelio urovaginal, que se adelgaza, y como las terminaciones nerviosas están próximas a la superficie, aumenta la sensibilidad.

Los estrógenos influyen en el pH del epitelio vaginal, lo que mantiene la flora en “buena forma”. Al bajar los estrógenos las bacterias buenas disminuyen y eso favorece las infecciones.

Cómo tratarlo

Para mantener la salud vaginal especialmente durante la menopausia existen remedios casero pra la sequedad vaginal y tratamientos sencillos que se pueden aplicar directamente en la vagina.

Cremas hidratantes. Estas cremas se fijan al epitelio vaginal, retienen el agua de la vagina y mantienen su hidratación. Esto hace que la vagina se mantenga más húmeda y elástica. También mejora el pH vaginal, lo que previene las infecciones en la zona. Las cremas hidratantes no tienen ninguna contraindicación (pueden prescribirse siempre) y deben aplicarse como mínimo dos veces por semana.

Independientemente del tratamiento que se recete, la mujer puede necesitar además lubricación extra para minimizar la fricción durante el sexo y la consiguiente irritación. Son preferibles los de base de agua o silicona, puesto que son más fáciles de eliminar mediante el lavado.

Hábitos de vida que favorecen la lubricación

Pequeños cambios necesarios. Dejar el tabaco y evitar el alcohol es esencial, ya que disminuye los estrógenos. Por otro lado, debes tomar abundante agua, ya que favorece la hidratación y aumenta los fluidos

La actividad sexual ayuda. La falta de estimulación, excitación o deseo puede influir en los niveles de hidratación íntima. Por ello, mantener relaciones sexuales de forma habitual previene la sequedad vaginal.

Si los síntomas no remiten

Si estos preparados no proporcionan alivio de los síntomas, o no cumplen las expectativas de la mujer, se puede recurrir a otros tratamientos.

La terapia hormonal local consiste en administrar dosis bajas de estrógenos locales (también se aplican directamente en la zona). Se recurre a ella para tratar los síntomas de atroña vaginal cuando son moderados o severos. Consiguen normalizar el pH ácido, aumentan la vascularización del epitelio, la respuesta lubriñcadora de la vagina y disminuyen así la sequedad vaginal. La terapia hormonal sistémi-ca está indicada si la mujer sufre además sofocos.

 

 

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