El infarto cerebral, llamado también ictus, apoplejía, ataque cerebral o derrame, se produce cuando una arteria que lleva sangre al cerebro se rompe o, más habitualmente, cuando se tapona con un coágulo lo que causa una interrupción del flujo de sangre a una parte del cerebro.

Cuando ocurre esta circunstancia, algunas células del cerebro comienzan a morir  y al cabo de ocho minutos han muerto todas las incluidas en la zona afectada debido a la extrema necesidad de oxígeno que tienen las células del cerebro (neuronas).

El infarto cerebral es causado  principalmente por  la arteriosclerosis, la hipertensión, los problemas cardíacos, la diabetes, etc., situaciones muy similares a las observadas cuando ocurre el infarto al miocardo.

Los síntomas más comunes de infarto cerebral son:

  • Debilidad repentina, hormigueo o entumecimiento en brazos, piernas o cara, en especial en un lado del cuerpo
  • Confusión repentina, con dificultad para hablar (como arrastrar palabras y decir tonterías) o para entender lo que otros dicen
  • Pérdida repentina de la visión en uno o ambos ojos o visión doble
  • Mareo repentino, pérdida del equilibrio o la coordinación o desmayo
  • Fuerte y repentino dolor de cabeza con náusea y vómito

Las factores que aumentan el riesgo de sufrir de infarto cerebral son:

  • Tener más de 55 años
  • Sufrir de enfermedades como la diabetes, hipertensión o del corazón
  • Tener migrañas de forma recurrente. Aunque no se ha demostrado por qué ocurre, se sabe que las personas migrañosas tienen más tendencia a la formación de coágulos en el interior de las venas.
  • Tomar anticonceptivos y fumar. Estos fármacos elevan ligeramente el riesgo de ictus, pero éste se dispara si la mujer es mayor de 36 años, fuma y toma estos fármacos más de 6 años.
  • Tener los glóbulos rojos altos. Aquellas personas con glóbulos rojos altos (más de 16 de hemoglobina), tienen más riesgo de formación de coágulos (y por tanto de ictus) porque los glóbulos rojos hacen que la sangre se espese.
  • Haber tenido un ataque cerebral previo, ya que las probabilidades de sufrir otro aumentan en 40% dentro de los cinco años posteriores
  • Haber sufrido de herpes zóster (causado por el virus de la varicela), ya que aumenta un 31% las probabilidades de sufrir un infarto cerebral.

 

Remedios populares

Remedio preventivo para el infarto cerebral, derrame o ictus #1: Realizar una frotación con una esponja húmeda con agua fría todas las mañanas y en la noche tomar un baño caliente (38 °C) de medio cuerpo.  Este remedio ayuda a activar la circulación de la sangre en todo el cuerpo incluyendo el cerebro.

Remedio preventivo para el infarto cerebral, derrame o ictus #2: Lavar y rallar una cáscara de limón o naranja cultivada de forma biológica (sin químicos) y colocar en 1 taza de agua.  Hervir durante 5 minutos. Retirar del fuego y dejar refrescar.  Tomar una taza al día de esta infusión.  Este remedio mejora el estado de los capilares (los vasos sanguíneos más pequeños).

Remedio preventivo para el infarto cerebral, derrame o ictus #3: Verter 1 cucharada de espino  albar en 1 taza de agua que esté hirviendo.  Tapar, colar y dejar refrescar.  Tomar una  taza de esta infusión a diario.

Remedio preventivo para el infarto cerebral, derrame o ictus #4: Hervir, durante 5 minutos, 1 cucharada de ginkgo biloba en 1 taza de agua. Pasado ese tiempo, retirar del fuego y dejar refrescar.  Tomar una taza al día.

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Remedio preventivo para el infarto cerebral, derrame o ictus #5: Tomar 1 cucharada de lecitina a diario en el desayuno.

Remedio preventivo para el infarto cerebral, derrame o ictus #6: Consumir chocolate amargo (con moderación). Tras analizar diversos estudios, unos investigadores canadienses descubrieron que las personas que comían chocolate puro, amargo o negro una vez por semana reducían su riesgo de sufrir un derrame cerebral en un 22 por ciento en comparación con las personas que no comían chocolate negro o amargo, y que el consumo regular de chocolate disminuía el riesgo de muerte tras padecer un derrame cerebral en un 46 por ciento.

 

Recomendaciones

Adoptar una dieta sana Se recomienda el consumo de alimentos con poca sal (para controlar la hipertensión), con mucha fibra (incluir al menos cinco porciones al día de frutas y verduras al día) y con pocas grasas saturadas.

Consumir alimentos ricos en Omega 3 Se aconseja optar por alimentos ricos en omega-3 como salmón, sardinas, trucha, macarela, germen de trigo y aceite de cañola. ya que previenen los coágulos de sangre que producen apoplejía. Consuma  éstos dos o tres veces por semana.

Reducir el colesterol alto Según investigaciones realizadas, los niveles altos de colesterol LDL o malo en la sangre aumentan el riesgo de infarto cerebral.  De allí la necesidad de mantener normal el nivel de colesterol o reducirlo si se lo tiene alto.

Mantener el estrés negativo a raya  Algunos estudios indican que una falta de control ante situaciones de estrés negativa puede aumentar el riesgo de sufrir un infarto cerebral especialmente aquellas personas que responden con ira o con un ritmo cardíaco acelerado.  Además, el estrés aumenta la formación de placa en las arterias    Por ello, se recomienda la práctica de métodos de relajación, yoga, meditación trascendental y tai chi que calman y mejoran el ánimo.  Igualmente, ayuda ser positivo, optimista y aprender a expresar en forma constructiva la ira o la frustración.

Evitar el consumo de drogas ilegales El uso de cocaína estrecha las arterias y hace que el corazón lata erráticamente, lo que puede causar la formación de coágulos y apoplejía. El uso de heroína, anfetaminas y esferoides anabólicos aumenta sus riesgos.

Beber dentro de los límites Investigaciones realizadas señalan que beber todos los días un poco de alcohol (vino) tiene un efecto protector, pero advierten que la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas dobla las probabilidades de morir de apoplejía.

No fumar Es importante observar que el riesgo de sufrir un infarto cerebral es 50% mayor para fumadores (más alto para mujeres) que para quien no fuma,

Hacer ejercicio  Se recomienda efectuar ejercicios aeróbicos (actividad que lo deja un poco sin aliento), ya que, según un estudio realizado la gente que quemó 2,000 calorías a la semana mediante ejercicio redujo 46% el riesgo de sufrir de un infarto  cerebral. En este sentido, una caminata rápida por una hora, cinco días a la semana, resulta ideal.

Acudir de inmediato al centro médico más cercano o llamar a la ambulancia si se sospecha que se sufre (u otra persona) de un ataque cerebral.

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