El hígado muestra su protesta en forma de cirrosis hepática. Es una enfermedad que causa el deterioro de este órgano, que deja de funcionar a causa de las cicatrices que le producen sus heridas, lo que hace que la sangre no fluya normalmente, impidiendo su correcto funcionamiento. Esto la convierte en es una de las principales causas de muerte en las sociedades desarrolladas.
Es un transtorno que aparece más en hombres que en mujeres. En su primera fase es difícil de diagnosticar porque no se manifiesta abiertamente. La pérdida de apetito, sensación de debilidad y de fatiga y pérdida de peso no justificada suelen ser unas primeras señales. También se le pueden añadir vómitos e hinchazón y dolor abdominal, cuando ya el líquido comienza a acumularse en el estómago a causa del deficiente funcionamiento del hígado
El consumo excesivo de alcohol es la principal causa de esta enfermedad. Para el hígado es difícil gestionar una cantidad grande de bebidas alcohólicas, lo que le ocasiona daños irreparables a largo plazo. El límite varía según el sexo y la constitución de la persona. En el hombre se puede establecer en 6-7 vasos de vino o cerveza, mientras que en la mujer esta cifra baja a 4-5 vasos.
La obesidad es otra de las causas de su deterioro. También las enfermedades directamente relacionadas con éste órgano pueden degenerar en cirrosis. Los diferentes tipos de hepatitis, las enfermedades biliares, el hígado graso pueden evolucionar hacia la cirrosis. También un exceso de fármacos y la exposición prolongada a productos químicos tóxicos llegan a perjudicar al hígado.
Para ayudar al perfecto funcionamiento del hígado es recomendable evitar la obesidad, además del excesivo consumo de alcohol, de fármacos y otras drogas. Por otra parte, mantener una dieta abundante en frutas y verduras es una buena medida, así como consumir productos que nos ayuden a depurar las toxinas del organismo, especialmente las del aparato digestivo, lo que facilita el trabajo del hígado