Los dolores musculares son un mal común que, por lo general, aparecen por una reacción inflamatoriadebido al exceso de actividad física o una lesión.

Su aparición también se asocia al debilitamiento que se sufre con la edad y, en algunos casos, son el producto de la exposición continua a situaciones de estrés.

Estos pueden manifestarse de forma leve o severa, en función de su origen y del tratamiento con que se atiendan.

Si bien el reposo es una gran ayuda, casi siempre se requieren otros métodos terapéuticos para acelerar su recuperación.

Por fortuna, además de los medicamentos antiinflamatorios y analgésicos, existen productos naturales cuya aplicación favorece su alivio.

En esta oportunidad queremos compartir 3 cremas caseras cuya aplicación calma el dolor y la inflamación.

¡No dejes de probarlas!

1. Crema de arcilla y aceites naturales

Las propiedades relajantes de la arcilla se unen con el poder antiinflamatorio del aceite de caléndula y el de lavanda para brindarnos un tratamiento diferente contra los dolores y la rigidez en los músculos.

Estos ingredientes favorecen la circulación de lasangre y, al aumentar la oxigenación celular, relajan los músculos contraídos.

Ingredientes

3 cucharadas de arcilla blanca (30 g)

2 cucharadas de aceite de caléndula (30 g)

2 cucharadas de aceite de lavanda (30 g)

Preparación

Incorpora todos los ingredientes en un recipiente y mézclalos hasta obtener una pasta cremosa.

Modo de aplicación

Frota la crema sobre los músculos doloridos, y realiza un suave masaje durante 3 o 5 minutos.

Deja que los ingredientes actúen 15 minutos y enjuaga.

Repite su uso hasta 2 veces al día.

2. Crema de cera de abejas, aceite de coco y árnica

El poder relajante de esta crema natural es idóneo para reducir los dolores musculares causados por el ejercicio físico o un golpe.

Sus propiedades antiinflamatorias relajan la zona afectada y, al mejorar la circulación, ayuda a acelerar su alivio.

Entre sus ingredientes se destaca el árnica, una planta conocida por su capacidad para relajar los músculos y las articulaciones.

Esta le confiere un ligero efecto analgésico, ideal para reducir la severidad del dolor.

Ingredientes

3 cucharadas de cera de abejas (45 g)

1 cucharada de aceite de coco (15 g)

2 cucharadas de aceite de árnica (30 g)

Preparación

Incorpora la cera de abejas en un recipiente resistente al calor y llévala al baño María.

Cuando esté bien derretida, reduce el fuego y agrégale el aceite de coco y de árnica.

Remueve bien y déjala reposar a temperatura ambiente.

Una vez adquiera una consistencia cremosa, procede a utilizarla.

Modo de aplicación

Toma la cantidad de crema que consideres necesaria y frótala sobre los músculos que deseas tratar.

Déjala actuar sin enjuagar y repite su uso 2 veces al día.

3. Crema de aceite de coco, pimienta de cayena y árnica

Otra de las formas de aprovechar las cualidades de la árnica es preparando esta crema con aceite de coco y pimienta de cayena.

Como resultado obtenemos un producto relajante y antiinflamatorio que, aplicado mediante masajes, reduce el dolor y la rigidez.

La pimienta de cayena ayuda a crear una agradable sensación de calor en la zona afectada, lo cual ayuda a estimular la circulación.

Ingredientes

4 cucharadas de aceite de coco (60 g)

1 cucharadita de pimienta de cayena (5 g)

3 cucharadas de flores secas de árnica (30 g)

Preparación

Vierte el aceite de coco en un recipiente resistente al calor y ponlo a derretir al baño María o en el horno microondas.

Cuando esté fundido, agrégale la pimienta de cayena y las flores de árnica.

Remueve con un utensilio de madera y ponlo a fuego mínimo durante 2 minutos.

Pasado este tiempo, deja reposar la crema a temperatura ambiente, hasta que obtenga la consistencia deseada.

Modo de aplicación

Haz una pequeña prueba del producto en una de las áreas de la piel, dado que la pimienta puede ocasionar reacciones alérgicas en algunas personas.

Si no hay problema, frota la crema sobre los músculos doloridos, haciendo suaves masajes durante 5 minutos.

Enjuaga las zonas tratadas con agua tibia y repite su aplicación cada vez que lo consideres necesario.

¿Te animas a prepararlas? Si te aquejan con frecuencia los dolores en los músculos, prepara alguna de las cremas mencionadas y bríndales un tratamiento alternativo.

No obstante, ten en cuenta que, en algunos casos, es posible que sea necesario complementar su uso con ejercicios de relajación y analgésicos.

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