La gripe y el resfriado son infecciones del tracto respiratorio superior muy habituales. Están causadas por virus y generan más de la tercera parte de las consultas médicas. Aunque ambas tienen una sintomatología similar, no deben ser confundidas.

¿Qué es la gripe?

Es una infección vírica aguda de las vías respiratorias altas causada por el virus de la gripe o influenza. Entre sus características más importantes está su elevada capacidad de transmisión de una persona a otra.

Habitualmente se presenta como una epidemia durante el invierno, en los meses más fríos. Sus síntomas, como fiebre alta, dolores musculares, malestar general, tos seca, aparecen de repente bruscamente.

¿Qué es un resfriado?

El resfriado es la patología más frecuente en la raza humana. Consiste en una infección aguda de las vías respiratorias y puede aparecer durante todos los meses del año.

Es normalmente afebril, y entre sus síntomas más evidentes encontramos:

Estornudos

Mucosidad

Congestión nasal

Lagrimeo en los ojos

Tos

Irritación

Picor nasal

En algunos casos, puede haber fiebre leve. 

3 remedios de plantas para la congestión y el malestar gripal

1. Infusión de jengibre para tratar la gripe

El jengibre cuenta con muchas propiedades beneficiosas para nuestra salud. Destaca por ser un excelente aliado para la buena digestión y una gran fuente de antioxidantes.

Además, gracias a sus propiedades antivirales nos ayuda a combatir la gripe. Su capacidad expectorante es ideal para reducir la tos y la congestión nasal y pulmonar.

Sin duda, se trata de un excelente ingrediente para alejar el malestar, que ofrece resultados efectivos. En los siguientes pasos te explicaremos las formas más simples de consumirlo.

Por su parte, la miel también es un remedio natural muy efectivo para la gripe. Aporta vitaminas, nutrientes y principios activos. Entre estos destaca el propóleo, que es antibiótico y funciona para eliminar los virus y las infecciones bacterianas que afectan a la garganta.

Ingredientes

1 raíz de jengibre rallada (9 g)

1 taza de agua (250 ml)

½ cucharada de miel (12 g)

Preparación

En primer lugar, calentaremos el agua a fuego moderado y agregaremos la raíz de jengibre rallada.

Esperaremos hasta que esté hirviendo, apagaremos y dejaremos reposar por 7 minutos.

Pasado el tiempo indicado, pasaremos nuestra infusión a un taza, añadiremos una cucharadita de miel, mezclaremos y estará lista para ingerir.

Lo más recomendable es beberla caliente antes de irnos a dormir, de igual forma evitar el frío de la noche.

2. Infusión de eucalipto

Las hojas de eucalipto son excelentes para combatir diferentes problemas que puedan afectar a la garganta, como:

Constipados

Tos

Resfriados

Gripe

Catarros

Ronqueras

Asma

Alergias nasales

Bronquitis

Gracias a sus propiedades antibacterianas, antisépticas, expectorantes, antitusivas y antiinflamatorias cura infecciones del aparato respiratorio. También alivia el malestar respiratorio, así como diversas afecciones en las vías respiratorias. Inclusive el eucalipto sirve para desinfectar la boca.

Ingredientes

1 cucharada de hojas de eucalipto (10 g)

1 taza de agua (250 ml)

½ cucharada de miel (12 g)

Preparación

Calentaremos el agua junto con el eucalipto y esperaremos que llegue a ebullición.

Cuando nuestra infusión esté hirviendo, apagaremos y dejaremos reposar por 6 o 7 minutos.

Finalmente verteremos a una taza, agregamos la miel, mezclaremos bien y estará lista para ingerir.

Tras su consumo se recomienda evitar en todo momento el frío de la noche.

3. Infusión de ajo para la gripe

Los principales componentes del ajo que ayudan a resultar útiles en el tratamiento del resfriado y la gripe son la vitamina C y el zinc. Gracias a sus propiedades son capaces de reducir los síntomas tales como dolor de cabeza, tos, secreciones nasales, congestión nasal y estornudos.

El ajo es rico en ácido ascórbico, cafeico, y clorogénico, nos aporta flavonoides como la queratina y otros principios como la alicina. Por eso sus usos son tan efectivos en la prevención de estados gripales.

Ingredientes

3 dientes de ajo machacados 

1 taza de agua (250 ml)

Preparación

En primer lugar, como en los remedios anteriores, calentaremos el agua.

A continuación, agregaremos los 3 dientes de ajo machacados y esperaremos a que hierva.

Cuando llegue a ebullición, apagaremos y dejaremos reposar 7 minutos.

Finalmente, verteremos a una taza y beberemos.

Es importante ingerir esta infusión antes de irnos a dormir, y evitar el frío de la noche.

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