La ciencia ha logrado cosas que hace 20 años eran inconcebibles, como sacadas de una película de ciencia ficción: hoy en día se puede cortar y reparar al ADN para corregir mutaciones causantes de dolencias; en este momento un enfermo de SIDA puede tener una vida normal, como cualquier otra persona; somos capaces de secuenciar nuestro genoma y hemos entendido nuestra propia evolución. en cambio, para el cáncer… ¿por qué es tan difícil llegar a una cura? No hemos podido localizar una solución clara a una dolencia que afecta a 32 millones de personas.

El aumento del cáncer se debe primordialmente a una lista de mutaciones que se producen en el ADN de células normales, que hacen que estas se reproduzcan de forma incontrolada causando serios daños en nuestros órganos. En la mayoría de los sucesos, las células detectan dichas mutaciones y las reparan o se autodestruyen. en cambio, algunas mutaciones permiten a las células cancerosas esquivar estos dispositivos de autodefensa e invadir tejidos cercanos o, inclusive, penetrar en otros órganos del cuerpo (procedimiento denominado metástasis). La dolencia se vuelve casi incurable en el momento que alcanza esta condición.

El cáncer es exageradamente complicado y en cambio la mayoría de medicamentos se ha desarrollado utilizando líneas celulares derivadas de tejidos tumorales que crecen in vitro. Estos modelos no reflejan la complejidad del tumor y gran cantidad veces los medicamentos no funcionan en los ensayos clínicos con pacientes reales. Además, ciertos tipos de cáncer pueden generar múltiples subpoblaciones (agrupaciones de células cancerígenas derivadas de otra) que, a su vez, presentan sus propias mutaciones. Por decir algo, el glioblastoma o cáncer de cerebro puede originar hasta seis distintos subpoblaciones en un solo enfermo. De esta forma, un medicamento podría funcionar en una subpoblación y no funcionar en las demás.

Los expertos estudiamos en este momento esta complejidad en otros modelos más apropiados: los xenotransplantes. Estos modelos consisten en implantar tumores humanos en ratones de laboratorio y así probar la efectividad de los nuevos medicamentos. Para entender mejor este sistema, hay que conocer que los tumores son ecosistemas dinámicos e interconectados en los que las células cancerosas poseen la capacidad de crear sistemas sanguíneos para nutrir al tumor y soltar sus desechos; además, las células tumorales también pueden interactuar con el sistema inmunitario, suprimiendo su función de detectar y destruir el tumor. Los xenotransplantes nos permiten investigar estos dispositivos y, si determinamos cómo funcionan, contrarrestar su aumento.

El cáncer es un procedimiento de crecimiento y diseminación incontrolados de células. (Foto: DICYT)

De igual forma, los científicos no debemos dejar de lado el ensayo de otros aspectos de la célula para entender mejor el cáncer: la mayoría de la investigación oncológica se ha concentrado en el ADN y poco se sabe del ARN y las proteínas que regulan su función. Por decir algo, se ha confirmado que una de estas proteínas, llamada CSDE1, fomenta la metástasis del melanoma. igualmente, existen estudios que exponen que el origen étnico también influye en la contestación a los fármacos.

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