Abusar del móvil provoca desequilibrios químicos en el cerebro de los jóvenes

Abusar de los teléfonos móviles podría crear desequilibrios químicos en el cerebro - 

Los adolescentes adictos a los móviles e internet padecen un desequilibrio en los niveles de neurotransmisores implicados en la regulación de distintas funciones cerebrales

Hace ya varios años que los teléfonos móviles ‘inteligentes’ e internet llegaron a nuestras vidas para quedarse. En unos sucesos más que en otros. Y es que mientras para mucha gente no suponen sino unas meras herramientas, aun indudablemente útiles, para hacer más fáciles sus vidas, para diferentes gran cantidad personas son, sencillo y llanamente, parte de sus vidas. De hecho, y según revela una nueva encuesta del Centro de Estudios Pew en Washington DC (EE.UU.), el 46% de la población estadounidense asegura que no podría vivir sin sus móviles. Un fruto que debe interpretarse como una exageración pero que denota la dependencia, creciente, generada en torno a estos dispositivos. Pero atención: el uso desmesurado de los móviles e internet posee efectos que van más allá del mero desgaste de la vision. Y es que como muestra un ensayo dirigido por expertos de la Universidad de Corea en Seúl (Corea del Sur), abusar de los ‘smartphones’ provoca desequilibrios químicos en el cerebro, en el momento que menos entre los jóvenes.

Como explica Hyung Suk Seo, director de esta investigación presentada en el marco de la Reunión Anual 2017 de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA) que se está celebrando en Chicago (EE.UU.), «precisamos más investigaciones para entender las implicaciones clínicas de nuestros efectos, pero creemos que el aumento de la concentración de GABA en el giro cingulado anterior asociado a la adicción a los móviles e internet puede estar vinculado con una pérdida funcional de la integridad y de la regulación de la red neuronal cognitiva y emocional».

Pantallas desequilibrantes

El tiempo que dedicamos las personas a interactuar con nuestros prójimos es cada vez menor. Y es que este tiempo se está viendo menguado, sino directamente devorado, por el que destinamos a nuestros móviles y otros dispositivos electrónicos como portátiles y tabletas. Muy sobre todo en el suceso de los niños, adolescentes y jóvenes. Pero este hábito ‘digital’ abusivo, ¿posee algún efecto, ya sea a corto o a largo plazo, encima del cerebro?

Para contestar a esta pregunta, los autores llevaron a cabo un ensayo con 38 adolescentes con una edad promedio de 15,9 años, la mitad de los cuales hacía un uso ‘común’ de sus móviles –grupo control– y la otra mitad había sido diagnosticada de adicción a los móviles e internet. Y lo que hicieron fue analizar sus cerebros por medio de la resonancia magnética por espectroscopía (MRS), evidencia de imagen que posibilita la medición de la composición química cerebral.

Los adolescentes adictos a los móviles alcanzan mayores puntuaciones en las escalas de depresión, ansiedad, impulsividad y gravedad del insomnio

Los autores se centraron en los niveles de dos neurotransmisores, esto es, de dos de las moléculas que posibilitan la transmisión de la información entre las neuronas. precisamente, en el ácido γ-aminobutírico (GABA), encargado de la inhibición o ralentización de las señales cerebrales, y en el glutamato/glutamina (Glx), encargado de incrementar el estado de excitación eléctrica de las neuronas. Y de acuerdo con los efectos, los participantes adictos a los móviles e internet mostraban, en comparación con los del grupo control, un aumento en el cociente GABA/Glx en el córtex del cíngulo anterior, área cerebral que, además de implicada en la regulación de distintas funciones autónomas –entre diferentes, el ritmo cardiaco y la presión arterial–, participa en la regulación de algunas funciones cognitivas racionales –como la toma de decisiones y las emociones.

En este contexto, debe referirse que los participantes adictos habían sido sometidos a un cuestionario para cuantificar su grado de adición a los móviles e internet. Y como señala Hyung Suk Seo, «cuanto mayor fue la puntuación alcanzada, mayor fue su adicción. Además, los adolescentes adictos también alcanzaron mayores puntuaciones en las escalas de depresión, ansiedad, impulsividad y gravedad del insomnio». Y estas mayores ‘puntuaciones’, ¿se observaron reflejadas en las evidencias de imagen cerebrales? Pues sí. Como apunta el director de la investigación, «los cocientes de GABA/creatina y los cocientes de GABA/glutamato se correlacionaron de figura significativa con las escalas clínicas de ansiedad, depresión y adición a los móviles e internet».

Efecto reversible

Diferentes investigaciones han mostrado que el GABA se localiza implicado en la visión y el control motor y que normaliza distintas funciones cerebrales suceso de la ansiedad. Y igualmente, que unos niveles muy altos de este neurotransmisor causan efectos adversos como la ansiedad y la somnolencia. Entonces, y dado que abusar de internet y los móviles parece incrementar este GABA, ¿puede esperarse que los adictos a internet tengan un mayor peligro de sufrir estos efectos negativos? Pues lo cierto es que, como reconocen los propios autores, no se sabe. Hace falta hacer más investigaciones.

Sea como fuere, el desequilibrio químico cerebral por el abuso de los móviles no es, ni demasiado menos, irreversible. Los autores sometieron a 12 de los 19 adolescentes adictos a una terapia cognitiva del conducta de nueve semanas, transcurridas las cuales repitieron las evidencias de imagen por MRS. Y en este suceso, los efectos mostraron que los niveles de los neurotransmisores se habían normalizado.

Como concluye Hyung Suk Seo, «el incremento de GABA y el desequilibrio entre el GABA y el glutamato en el córtex del cíngulo anterior puede desarrollar nuestro conocimiento de la fisiopatología de las adicciones y su metodo».

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