El pie de atleta es una infección que produce debido a un hongo. Este prospera en ambientes un tanto opuestos: en ubicaciones o muy cálidas o muy húmedas.
Dicho esto, vale la pena preguntarse:
¿Qué produce el pie de atleta?
Entre las causas más habituales del pie de atleta encontramos:
Humedad en los pies durante largos períodos de tiempo
Transpiración excesiva
No secarse bien
Lesiones menores en la piel
Deficiencias inmunitarias
Usar calcetines o medias que no sean de algodón, o calzados cerrados de plástico, en los que los pies no se ventilen adecuadamente
Para empeorar el asunto, es sumamente contagioso al contacto: de dedo a dedo, de pie a pie, con pisos de duchas, con el zapato, por nombrar algunos.
Una vez detectado, se debe neutralizar eficientemente y evitar su propagación.
¿Cuáles son los síntomas del pie de atleta?
Entre los síntomas más habituales del pie de atleta destacan:
Mal olor
Dolor cuando se extienden los dedos
Ampollas que supuran líquido o forman costra
Resequedad en la piel
Ardor y picazón insoportables
Para tratar esta infección se pueden aplicar algunos remedios naturales que neutralizarán su efecto. Sea como fuere, nunca estará de más consultar a un especialista.
Remedios naturales para acabar con el pie de atleta
1. Vinagre
Podemos aprovechar los ácidos presentes en los compuestos que forman el vinagre para evitar la propagación de los hongos y eliminan la humedad.
Ingredientes
1 ½ taza de vinagre (375 ml)
3 tazas de agua (750 ml)
Preparación
Junta el vinagre con agua tibia en un balde.
Introduce los pies y mantenlos en remojo durante 15 minutos.
Al finalizar, sécalos muy bien. Repite este proceso dos veces al día.
2. Sal
La sal absorbe la humedad presente en el ambiente, por lo que es un exterminador de hongos por naturaleza.
En este caso, puedes sumergir la zona afectada en una solución de agua con sal.
Ingredientes
6 cucharadas de sal (60 g)
4 tazas de agua (1 litro)
Preparación
Añade la sal en un cubo con agua y, a continuación, sumerge los pies.
Pasados 15 o 20 minutos, sécalos bien.
Debes hacer esto durante, al menos, 15 días.
3. Bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio es ideal para combatir los hongos. En esta ocasión vamos a elaborar una pasta con él.
Ingredientes
3 cucharadas de bicarbonato (30 g)
Agua (la necesaria)
Preparación
Deberemos mezclar el bicarbonato con un poco de agua. La idea es que quede una pasta espesa. Así, en función de la cantidad que necesitemos, podremos añadir más agua o más bicarbonato.
Masajearemos la zona afectada con la pasta y la dejaremos actuar. Podemos aplicarla por la noche y retirarla a la mañana siguiente.
4. Jugo de cebolla
La cebolla cuenta con propiedades antibióticas que funcionan en el tratamiento del pie de atleta.
Ingredientes
1 o 2 cebollas
Preparación
Procesa las cebollas hasta obtener el jugo.
A continuación, con ayuda de un algodón, o directamente, aplica el jugo en la zona infectada (tras haberla limpiado con algún producto antimicótico).
Límpialo y protégelo con talco, para evitar residuos de humedad.
5. Té
Las bolsas de té contienen un componente llamado ácido tónico que es muy eficaz contra los hongos.
Para aprovecharlo, podemos elaborar una infusión.
Ingredientes
2 tazas de agua (500 ml)
6 cucharadas de té (60 g) o 6 bolsitas
Preparación
Calienta el agua y, cuando llegue a ebullición, añade el té y deja que infusione durante 15 minutos.
Pasado el tiempo indicado, retira del fuego y espera a que se entibie.
Una vez frío, filtra y lávate los pies con el líquido.
Repite el proceso durante un mes.
7. Yogur natural
El yogur tiene múltiples propiedades. En este caso, sus bacterias impiden que el hongo del pie de atleta se propague por el cuerpo.
Preparación
Coloca un poco de yogur natural en el área afectada y déjalo secar.
Al finalizar, remuévelo cuidadosamente con un paño limpio y asegúrate de que el pie se encuentre seco plenamente.
8. Higiene
Por último, pero no por ello menos importante, debemos recalcar que unos hábitos higiénicos pulcros son el mejor remedio para prevenir y para aniquilar los hongos causantes del pie de atleta.
Aplica estas recomendaciones en tu rutina diaria:
Usar calcetines secos y limpios.
Durante la ducha, lavar los pies con agua y jabón y luego secarlos minuciosamente.
Usar sandalias en los pisos de las duchas y piscinas públicas.
Colocar polvos antimicóticos (como el talco) en los pies, para evitar la formación de humedad.
Usar zapatos de materiales naturales, como el cuero, y alternar varios calzados.