Si sufres de atracones más o menos recurrentes, o no puedes pasar sin un dulce diario, es posible que sufras de adicción a la comida. Un tipo de adicción muy común (más de lo que imaginas) y que, de la misma manera que te proporciona placer inmediato, también te provoca mucho sufrimiento. En este artículo te explico el papel que la dopamina tiene en la Adicción a la Comida.

Todas las personas podemos volvernos adictas a algo. Nadie esta libre. De la misma manera que no solo se enganchan las personas más débiles. A cualquiera puede pasarle.

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Causas de la Adicción a la Comida

El origen de cualquier adicción (alcohol, drogas, comida, tabaco…) parece estar en el dolor psicológico. El adicto busca hacer frente una situación de estrés que puede estar producida por  múltiples causas: traumas, abusos, ansiedad..

También se ha comprobado que el  estrés crónico y la ansiedad tienen en muchos casos un papel determinante en el origen de la obesidad. Por desgracia, este mundo en que vivimos nos ofrece a diario mcuhas oportunidades para estresarnos.

Por tanto, en el caso de la adicción a la comida, se trata de una forma más de afrontar el estrés, la ansiedad y el dolor.

Esta es la clave de la adicción a los dulces y a la comida basura, ya que cuando comemos azúcares desciende nuestro nivel de cortisol (la hormona del estrés), y produce una descarga de dopamina. Veamos este proceso con un poco más de detalle.

Hormonas que influyen en la Adicción a la Comida

Cuando comemos azúcar o comida basura nos produce placer y felicidad, también, en la sensación de felicidad intervienen otras hormonas además de la dopamina, como la serotonina y las endorfinas.

1) La dopamina es la que está más relacionada con la sensación de placer y la motivación para buscar ese placer.

2) La serotonina se la considera la hormona del placer y del humor.

3) Las endorfinas son las que aumentan nuestra sensación de bienestar, mejoran el humor y nos producen felicidad.

¿Qué es la dopamina y para qué sirve?

La dopamina es un neurotransmisor (un mensajero químico que va pasando información a las neuronas). La produce nuestro cuerpo y su producción se dispara con todo aquello que nos produce placer: amor, deseo, comida, drogas…

En los últimos tiempos se ha argumentado que la dopamina está más asociada con el deseo anticipatorio y de la motivación.

La dopamina está implicada en la activación de los sistemas de recompensa cerebrales, sobretodo delnúcleo accumbens. (Es una pequeña región en el centro del cerebro vinculada a la habilidad de experimentar placer y recompensa, esta considerado el principal centro del placer del cerebro).

¿Cómo interviene la dopamina en la Adicción a la Comida?

La adicción implica un deseo intenso por algo (en este caso la comida) la pérdida de control sobre su uso (se abusa de ella) y la implicación continua en ello (no podemos dejar de pensar en la comida) a pesar de las consecuencias adversas.

La adicción cambia el cerebro, modificando la forma en la que registra el placer y corrompiendo el funcionamiento normal del aprendizaje y la motivación.

Al aumentar la producción de dopamina de forma continuada es muy posible que se desarrolle una adicción. La exposición repetida a una sustancia o una conducta que nos provoca placer hace que las células nerviosas en el núcleo accumbens y en la corteza prefrontal (área implicado en la planificación y toma de decisiones) se comuniquen. De esta manera se asocia el que nos guste algo con quererlo, haciéndonos ir a por ello. Este proceso nos motiva a actuar para buscar la fuente del placer.

La tolerancia

Con el tiempo, el cerebro se adapta y la dopamina deja de tener efecto. Así disminuye la sensación de placer que esa sustancia o conducta provoca. Es por ello que las personas con adicciones necesitan cada vez dosis mayores para tener el mismo efecto. Esto se denomina tolerancia.

La Adicción a la comida es una adicción conductual, sin sustancia

Una adicción sin sustancias (drogas) son adicciones a comportamientos, como las compras compulsivas, adicción a las tecnologías, al trabajo, al sexo, al juego… Estos trastornos guardan muchas similitudes con el abuso de sustancias.

La diferencia con la adicción a las sustancias (drogas y alcohol) es que los niveles de dopamina producidos son altos, pero normales. No están aumentados artificialmente, como con las drogas. Por tanto no se crea una dependencia física y no es tan dañino para el cerebro.

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