Una guía para ubicar los químicos dañinos al revisar las etiquetas de los productos

Es casi imposible especializarnos en química pero una pequeño bagaje puede servirte para evitar lo más dañino.
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A veces es difícil conocer qué es aquello que nos hace daño de los productos industrializados. Sabemos lo más general: hay que evitar los conservadores, el glutamato monosódico, la grasa saturada o el exceso de sodio y azúcar. Pero si no somos químicos especializados es complejo ubicar los ingredientes que debemos evitar.
Por lo anterior, aprender una cantidad básica de los aditivos que deterioran tu salud y que pululan entre los alimentos industrializados puede ser muy práctico para que acrecientes tus conocimientos básicos para comer sano.
Aquí algunos recabados por el sitio Mother Nature Network:
Nitratos y Nitritos: se encuentran en colorantes artificiales, conservadores y saborizantes. Generalmente añadidos a carnes ahumadas como jamón, salchichas o carnes para almuerzos como sandwiches. Es considerado este componente por la OMS como un cancerígeno.
Bromato de Potasio: usado para esponjar en el proceso de cocción a algunos panes y galletas saladas. Es considerado también en muchos estudios como un cancerígeno.
Propilparabeno:  es usado en conservadores como tortillas o muffins. Está asociado al desarrollo de células cancerígenas de mama y a la menor producción de espermas en los hombres y menor fertilidad en las mujeres.
Butilhidroxitolueno: también es un conservador común en las papas fritas y en las carnes conservadas. Muchos científicos lo asocian como un cancerígeno y perjudica el sistema endocrino.
Galato de propilo: contenido en productos con grasas comestibles como las salchichas o la manteca, ha estado relacionado en algunos estudios con tumores cancerígenos en ratas.
Teobromina: ha sido muy cuestionado como un aditivo. Se trata de un alcaloide contenido en el chocolate y genera una reacción parecida a la de la cafeína.
Diacetilo: contenido en productos como palomitas para microondas, está asociado con trastornos respiratorios, sobre todo para las personas que las cultivan en los campos.
Fosfato: estos son de los aditivos más comunes en los alimentos industriales. Se usan para mejorar los procesos de cocción del pan y que la carne esté más tersa y fresca. Vinculado a problemas cardiovasculares y con enfermedades del riñón.
Aluminio: se usa como un estabilizador para los alimentos. Algunos estudios lo vinculan con cambios en el comportamiento, afecta el aprendizaje e incluso con Alzheimer’s.