La proteína juega un papel importante en la formación de los músculos, los procesos de nuestro cuerpo y el mantenimiento de la salud en general. Sin embargo, el tipo de proteína que consumimos con más frecuencia también influirá en los resultados a largo plazo. En este sentido, menos carne parece ser mejor en términos de envejecimiento saludable.

Existen algunas razones contundentes que podrían explicarlo, pero en esta oportunidad nos centraremos en una en especial. Los investigadores explican que consumir menos carne favorece el transporte de un gas maloliente del que hablamos reciente, que irónicamente promueve el envejecimiento saludable: el sulfuro de hidrógeno (H2S).

El papel ignorado del sulfuro de hidrógeno

La mayoría estará de acuerdo en que no le gustaría envejecer, pero, hasta el momento, es un proceso inevitable. Lo que sí podemos hacer es retrasarlo, y más importante aún, esforzarnos para reducir la presencia de enfermedades y trastornos que afecten la calidad de vida.

Cuando hablamos de ello, por lo general nos imaginamos cosas como dormir bien, llevar una alimentación balanceada, hacer ejercicio y mantener nuestra salud mental. ¿Pero quién se imaginaría que algo como este asqueroso gas con olor a huevo podrido podría ayudarnos? O siendo más sinceros, ¿quién se habrá imaginado si quiera que este cumplía otras funciones en nuestro cuerpo más allá de formar parte de las flatulencias?

De hecho, si se inhala, el sulfuro de hidrógeno es tóxico, una de las principales advertencias que reciben los trabajadores en refinerías, por ejemplo. Pero resulta que cuando lo produce nuestro cuerpo en realidad puede traernos beneficios, y consumir menos carne puede ayudarnos a aprovecharlos para gozar de un envejecimiento saludable.

Dietas restrictivas en aminoácidos con azufre favorecen la salud de los animales

Ahora bien, llevar una dieta balanceada requiere variedad de alimentos, más no necesariamente demasiados alimentos. En términos de alimentación, menos parece aportar más, y la evidencia científica recolectada hasta ahora lo confirma.

Por ejemplo, estudios realizados en ratas desde la década de 1990 muestran que la reducción de ciertos aminoácidos que contienen azufre puede extender su longevidad aproximadamente un 30 por ciento.

Estudios más recientes se han enfocado en restringir otros dos aminoácidos que contienen azufre, cisteína y metionina, y los resultados son muy prometedores. La reducción de la ingesta hizo que los animales aumentaran la producción de sulfuro de hidrógeno en sus tejidos, y las consecuencias fueron positivas. Entre ellas, podemos mencionar una mayor generación de vasos sanguíneos nuevos, y por consiguiente, una mejor salud cardiovascular, y una mejor resistencia al estrés oxidativo en el hígado, vinculado a la enfermedad hepática.

Comer menos carne puede promover el envejecimiento saludable

Hasta entonces, comer menos carne sí se asociaba con un envejecimiento saludable en animales, pero aún no estaba claro si esto mismo ocurriría con los humanos. Por fortuna, los resultados de una investigación más reciente incluyó a 11.576 adultos en NHANES III, la encuesta nacional de nutrición de EE.UU., fueron positivos.

Los investigadores descubrieron que una ingesta dietética reducida de aminoácidos de azufre, como los que abundan en la carne, reduce el riesgo cardiometabólico; esto se refiere al riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes. Los niveles de colesterol y glucosa en la sangre también se redujeron.

¿Qué comer para un envejecimiento saludable? Menos carne roja, más verduras y legumbres

Diferentes tipos de legumbres distribuidas en cuadros muy juntos.

Dicho esto, conviene informar un poco sobre los alimentos más recomendados para este objetivo. En primer lugar, la evidencia apunta a que, para experimentar un envejecimiento saludable, debemos comer menos carne roja ya que esta es particularmente alta en aminoácidos azufrados. En cambio, carnes blancas como la de pescado y la de aves parecen ser más saludables.

La ingesta de vegetales también es necesaria: los frijoles, las lentejas y las legumbres son buenas fuentes de proteína baja en en aminoácidos azufrados, con excepción de la soya. Otras verduras como el brócoli contienen mucho azufre, pero no en forma de aminoácidos.

Sin embargo, reducir la ingesta no quiere decir suprimirla por completo. De hecho, Rui Wang, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de York, Canadá, destaca la importancia de los aminoácidos con azufre para el crecimiento de los niños. Al menos en este etapa, es mejor no restringirlos.