La tiroides es una glándula encargada de regular el metabolismo. Cuando esta glándula falla, podemos tener diversas complicaciones.

Por ello es recomendable realizarse chequeos médicos con frecuencia para saber si no tenemos ningún tipo de problema, además de tenerla controlada.

Aunque en esta ocasión te daremos a conocer un método con el cual ya no será necesario que visites a tu doctor, esto debido a que solo necesitarás de un termómetro y seguir las indicaciones que ponemos a continuación para controlar tu tiroides.

Así que debes de estar muy atento, ya que este método te ahorrará un poco de dinero en visitas al doctor.

Cómo controlar tu tiroides con un termómetro

Esta prueba es muy simple y se conoce como prueba de Barney.

Todo lo que necesitas es un termómetro. En primer lugar, debes agitarlo bien y asegurarte de que no muestre una temperatura superior a 35 grados Celsius (95 grados Fahrenheit).

Dejarlo en tu mesita de noche junto a la cama y lo primero que vas hacer cuando te levantas por la mañana es ponerlo en la axila, sin tener nada de ropa. Debes dejarte el termómetro por unos 10 minutos y anota la temperatura. Dependiendo del resultado, hay diferentes diagnósticos.

Si tu temperatura está entre 36.5° C (97.7° F) y 36.8° C (98.2°F), la glándula tiroides está funcionando normalmente.

Si tu temperatura es inferior a 36.5° C (97.7° F), entonces el trabajo de la glándula tiroides es más lento. Los síntomas son: depresión, falta de energía, fatiga, infecciones, dolores de cabeza crónicos, pérdida de cabello, falta de concentración y de memoria.

Si tu temperatura es superior a 36.8° C (98.2° F), entonces la glándula tiroides está funcionando más rápida o podría tener una infección en el cuerpo.

Para garantizar la precisión del resultado, debes repetir la prueba tres días seguidos. Si tu temperatura está por encima o por debajo del límite permitido, es mejor que te pongas en contacto con tu médico.

Tips para cuidar la tiroides

1. Consumir yodo. Al ser el elemento que regula la energía del cuerpo y el crecimiento, es indispensable incluirlo en la dieta. Las fuentes más ricas en yodo son los mariscos, los pescados de mar y las algas.

2. Tomar lácteos. Los problemas con la tiroides tienden a debilitar los huesos. Consumir leche, yogur y queso es una manera fácil de fortalecerlos.

3. Tomar té. Las infusiones de té verde y bálsamo de limón son ricas en antioxidantes que ayudan a calmar la hiperactividad de la tiroides.

4. Hacer ejercicio. Para controlar la velocidad de actividad de la tiroides es indispensable hacer ejercicio todos los días, ya que ayuda a que el metabolismo se regule y encuentre un punto de equilibrio. Un mínimo de 30 minutos de cardio cumple la tarea.

5. Evitar los estimulantes. El trago, el tabaco y la cafeína tienden a inflamar la glándula tiroidea ya que aceleran el metabolismo y hacen que funcione más de lo debido.

De ahora en adelante cuida tu tiroides con estos tips. ¡Comparte esta publicación!

Let’s block ads!