Tomar cúrcuma para la salud cardiovascular es un metodo eficaz, reconocido por diferentes investigaciones científicos.

Su compuesto activo, denominado curcumina, es el encargado de fortalecer la salud del corazón al mismo tiempo que se benefician otros órganos del cuerpo. Sabe cuál es la mejor figura de consumirla y la cantidad aconsejada por los especialistas.

 

La cúrcuma es una especia que se consigue de una hierba llamada comúnmente con el mismo nombre (curcuma longa su nombre científico) perteneciente a la familia de las zingiberáceas. Procede de la India y se la usa en la elaboración de muchos platos tradicionales de esa región. Figura parte del curry y se la usa como sazón de carnes, arroces y variados guisados.

Una porción de esto es tan saludable para el corazón como 1 hora de ejercicios!!!

 

 

La cúrcuma, como aderezo, se comercializa habitualmente en figura de polvo. El mismo se logra a partir de la raíz y se deja secar. Para conseguir cúrcuma fresca, se puede adquirir la raíz entera. Otra forma de tomar es a través del extracto de curcumina. La curcumina es la componente activa de este aderezo y se logra a partir de un procedimiento de refinado. A ella se deben las numerosas cualidades de la planta.

Distintos investigaciones científicos han comprobado lo que la medicina ayurvédica asegura desde hace demasiado tiempo: la cúrcuma es magnifico para la salud. Inclusive, se ha determinado que es uno de los 14 alimentos protectores contra el cáncer. Además, tiene los siguientes utilidades curativas:

Defensor hepático,

Favorece la salud renal,

Tiene cualidades antiinflamatorias,

Es antioxidante,

Poderoso antibiótico,

Se aconseja el consumo de cúrcuma para la salud cardiovascular.

 

¿POR QUÉ DEBEMOS CONSUMIR CÚRCUMA PARA LA SALUD CARDIOVASCULAR?

Esto ha sido recomendado por especialistas médicos de todo el mundo a partir de un ensayo que logró efectos importantes. La Nutrition Research ha publicado, hace poco, una investigación donde se afirma que tomar cúrcuma habitualmente, es tan util como el deporte aeróbico. Esto, en relación a la salud cardíaca.

Para el aumento de la investigación, se dividieron a 32 voluntarias en 3 grupos distintos. El primero no seguía ningún metodo, el segundo realizaba ejercicios cotidianamente y el tercero recibía una dosis de 25 mg de curcumina. Durante 8 semanas se llevó a cabo el control pertinente.

Para conseguir sus conclusiones, centraron sus observaciones en las células endoteliales que recubren el interior de los vasos sanguíneos. Después de dos meses de metodo, se constató que dichas células mejoraban su funcionamiento y estructura, en el segundo y tercer grupo de voluntarias.

 

¿Por qué es notable proteger las células endoteliales?

El progresivo daño y disfunción de estas células, favorece la aterosclerosis. Tomar cúrcuma para la salud cardiovascular colabora a evitar esta y diferentes sintomas cardíacas. Según informaron los especialistas:

“…la ingesta regular de curcumina o la práctica regular de deporte, mejoran significativamente la función endotelial presente en los distintos vasos sanguíneos de todo el cuerpo”.

 

¿Cuál es la cantidad aconsejada y cómo tomar cúrcuma para la salud cardiovascular?

La investigación mostró efectos despues de 8 semanas de metodo. El mismo consistía en la ingesta diaria de 150 mg de extracto de cúrcuma (25 mg de curcumina). La cúrcuma que se localiza en el mercado tiene alrededor del 2% de curcumina, un porcentaje relativamente bajo en comparación al extracto.

Si quieres aprovechar las cualidades de la cúrcuma para la salud cardiovascular deberás tomar una cucharada de cúrcuma al día. Como esto puede resultar muy en el momento de elaborar una comida, puedes hacer leche de oro o beberla en una infusión.

Otra opción es adquirir las cápsulas de extracto de cúrcuma (o cápsulas de curcumina). Se venden en tiendas naturistas y no debe tomar más de la cantidad indicada con anterioridad (25 mg de curcumina a diario).

CONTRAINDICACIONES

No deben tomar cúrcuma:

Las personas con piedras en la vesícula.

Pacientes que sufren dificultades hepáticos como ictericia, hígado aceitoso o cirrosis.

Personas que se someterán a una intervención quirúrgica.

Personas que consumen farmacos anticoagulantes.

Mujeres embarazadas o que están en período de lactancia.

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