Bacteria peligrosa, infecciones asociadas a ella… basta hacer una búsqueda en Internet para darse cuenta de la mala fama de la Escherichia coli (E. coli). ¿Pero realmente es tan nociva para nosotros? La respuesta depende, y mucho, del tipo de cepa del que hablemos. Algunas de ellas viven de forma natural en nuestro intestino y no nos provocan ningún problema.
Al contrario, decimos que son bacterias “buenas” pues, según parece, favorecen la absorción de determinadas vitaminas a nivel intestinal.
Pero hay ciertos tipos que sí pueden dar lugar a enfermedades, sobre todo a nivel del sistema digestivo y del aparato urinario, e incluso podrían ser graves si no se controlan
Algunas cepas de E. coli, tanto 0157 como no 0157, producen una toxina shiga (muy similar a las que crea la especie Shigella, todas las cuales reciben su nombre en honor de Kiyoshi Shiga, el descubridor de la bacteria shigella a finales del siglo xix).
Estas toxinas provocan síndrome urémico hemolítico; también pueden aparecer anemia hemolítica, fallo renal agudo y recuento bajo de plaquetas.
Las cepas de E. coli que provocan infección en el tracto urinario han sido hasta ahora bastante fáciles de tratar, pero en el año 2008 surgió una nueva cepa, la ST131, que ha empezado a propagarse a gran velocidad. Esta cepa es sumamente resistente y virulenta. A diferencia de la 0157, la ST131 provoca infecciones en el tracto urinario, generalmente en entornos intrahos-pitalarios, que en ocasiones conducen a la muerte.
El grupo B2 provoca infecciones extraintestinales en el cuerpo, enfermedades como la septicemia, la meningitis, la neumonía bac-terémica, la peritonitis y la colangitis ascendente.
Las dos primeras cepas son relativamente fáciles de tratar, pero las infecciones extraintestinales graves requieren mucha más atención y cuidado.
Si no se trata o la infección es grave, pueden aparecer hematomas al mínimo roce, palidez de la piel, orina con sangre y fuerte dolor abdominal.
La infección se empieza a manifestar cuando la bacteria llega al intestino. Por eso no nos sentimos enfermos hasta entre 1 y 3 días después del contagio de Escherichia coli.
El trastorno puede aparecer después de un viaje (de hecho, la diarrea del viajero es uno de los cuadros más comunes).
Remedios para el E. coli
Remedio para el E. coli #1: Tintura de berberidácea; 1 cucharadita o 1 cucharada sopera 3-6 veces al día dependiendo de la gravedad.
Remedio para el E. coli #2: Tintura de Echinacea angustifolia; 1/2 cucharadita o 1 cucharada sopera cada media hora-una hora.
Remedio para el E. coli #3: Tintura de jengibre, regaliz y reishi (a partes iguales); 1 cucharadita 3 veces al día.
Remedio para el E. coli #4: Consumir agua de arroz ya que hidrata y ayuda a su pronto curación.
Remedio para el E. coli #5: Consumir yogurt natural y con probióticos a diario.
Conoce remedios para la E coli que se pueden elaborar en casa con ingredientes naturales.
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Recomendaciones
Acuda ante cualquier cuadro de diarrea espontánea e intensa que no cede en menos de 4-5 días, que se acompaña de fiebre (más de 38° C) y/o sangre con dolor abdominal importante.
No dudes tampoco en visitar a tu facultativo si hay signos evidentes de deshidratación como sed intensa, boca seca, calambres musculares, debilidad, mareos, respiración rápida y latidos cardíacos acelerados.
