Conocida como la raíz de oro, no tanto por su color como por su valor, la rodiola (Rhodiola rosea) está considerada un prodigio medicinal, que solo desde tiempo reciente ha empezado a recibir merecida atención en Occidente.

Sus virtudes curativas eran bien conocidas desde la antigüedad en Oriente y se sabe que los emperadores chinos promovían largas expediciones a Siberia, de donde parece ser originaria, para proveerse de esta planta.

Pueblos nativos de Siberia y Mongolia también la han venido utilizando desde hace siglos para ganar resistencia física, así como para superar situaciones adversas y de debilidad física y mental.

En Rusia es posible encontrar bebidas energéticas a base de rodiola y se sabe que los cosmonautas la usaban en el espacio. No obstante, la rodiola no es una planta ajena a nuestra flora. También crece en los Pirineos, en terrenos rocosos y márgenes de torrenteras.

Se trata de una planta crasa –pertenece a la familia de crasuláceas–, de entre 15 y 30 cm de alto, con los tallos cubiertos de hojas. Estas hojas son gruesas, carnosas, de color verde azulado, con los márgenes dentados. Las flores, agrupadas en inflorescencias terminales, son de color amarillo, con los pétalos manchados de rojo.

Florece en verano y la raíz, que es la parte de la planta con uso medicinal, se cosecha en otoño.

Rica en principios activos

El paso del tiempo provoca un desgaste de las funciones vitales del organismo, entre ellas, la capacidad de las células para metabolizar la energía, que disminuye de manera ostensible. La raíz de rodiola se muestra como un apoyo natural para aumentar la vitalidad física, combatir la fatiga, elevar la capacidad de resistencia y mejorar la concentración.

Es aconsejable en situaciones de astenia, fatiga y debilidad. Contiene diferentes principios activos como la rosavina, salidrósidos (rodiolosida) y polifenoles, que le confieren propiedades adaptógenasantiestresantesantidepresivas, defatigantes, antioxidantes e inmunoestimulantes.

El trifosfato de adenosina (ATP) es un instrumento bioquímico que junto con el fosfato de creatina (CP) constituyen las vías para almacenar y utilizar la energía que el cuerpo demanda durante el ejercicio físico más o menos intenso. El organismo recibe energía a través de varios sistemas, por fosfatos o por glucógenos.

La energía producida por el ATP sirve ante todo para los primeros tres segundos de esfuerzo, luego disminuye. Para recomponer los niveles perdidos de ATP, las células musculares cuentan con la fosfocreatina.

Con la edad esta capacidad para generar niveles de creatina decrece. Aquí es donde es efectiva la rodiola, pues al elevar los niveles de ATP y creatina contrarresta en parte dicho proceso.

Aliada frente al estrés

Pero la rodiola destaca también como una planta muy útil contra el estrés excesivo o prolongado. Se ha demostrado que incide sobre las glándulas suprarrenales y sobre el hipotálamo, que es donde se desencadena la respuesta hormonal al estrés.

Cuando el sistema de reacción al estrés está sobreestimulado de forma más o menos crónica, es fácil sentirse ansioso, deprimido, irritado o incluso muy fatigado.

La raíz de rodiola también contribuye a reequilibrar la respuesta del organismo frente al estrés, reduciendo los niveles de ansiedad o nerviosismo, y refuerza la serenidad y la capacidad para afrontar las situaciones difíciles, lo que aporta mayor bienestar.

Los niveles altos de la hormona cortisol, provocados por un estrés excesivo, se pueden traducir en episodios más o menos persistentes de insomnio. La rodiola mejora la calidad del sueño al presentar un efecto reductor sobre el cortisol.

Al disminuir la incidencia del estrés, la rodiola potencia la respuesta inmunitaria del organismoy dificulta la acción de los agentes infecciosos.

Su acción adaptógena se considera incluso superior a la del eleuterococo y su efecto es más inmediato. Aunque no existe una certificación científica que lo avale, los defensores de las bondades de esta raíz ártica también incluyen entre sus virtudes la capacidad de favorecer la respuesta sexualaumentar la libido, en especial sobre los varones, y de tener una incidencia muy positiva en la actividad sexual. También es parte de la fama de la planta.

Cómo se toma la rodiola

La raíz de rodiola se encuentra en herbolarios troceada o para ser preparada en infusión, a razón de una cucharada sopera por vaso de agua.

Es posible adquirirla en comprimidos y extracto. Las dosis recomendadas son de 200 a 600 mg diarios del extracto estandarizado.

Infusión para aliviar la fatiga

Combinar la rodiola con estas plantas aumenta su efecto antifatiga.

Ingredientes: raíz de rodiola, eleuterococo, romero, ajedrea y anís estrellado, a partes iguales. Una cucharada sopera por vaso de agua.
Preparación: hervir 4-5 minutos, dejar que repose 10 y colar. Se toman dos tazas al día, la última a media tarde, alejada del momento de acostarse.